Existen numerosos estudios, entre ellos los de la Organización Mundial de la Salud que afirman que esta bebida azucarada puede aumentar el riesgo de padecer obesidad y de posibilitar la aparición de diabetes. Algo a lo que se han opuesto grandes asociaciones azucareras que incluyen a las multinacionales Coca-Cola y Pepsi.
Uno de los ingredientes esenciales y más adictivo de esta bebida es la cafeína que se extrae de la nuez de cola. Esta es una sustancia que consumida en pequeñas cantidades puede tener el mismo efecto placentero que nos proporciona un café. Pero en grandes cantidades puede llegar a provocarnos insomnio, taquicardias o dolores de cabeza. Seguro que tampoco sabíais que la cafeína consumida en frío acelera su efecto sobre el organismo.
Unido a la cafeína se encuentra el ácido fosfórico, utilizado como anticorrosivo por muchos mecánicos, para limpiar motores y defensas de coches. Lo que produce esta sustancia en nuestro organismo es desmineralización ósea, algo que impide en la mayoría de las veces la correcta absorción de calcio. Además este ácido mezclado con azúcar y fructosa puede llegar a generar anemias e infecciones ya que impide también la asimilación de hierro.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que el color amarronado tan característico de la Coca Cola se debe a un aditivo llamado e-150, seguro que lo habrás leído muchas veces en la etiqueta de los ingredientes. Pues bien, este aditivo ha sido asociado con una deficiencia de vitamina B6 , la cual es de vital importancia para la correcta metabolización de las proteínas que consumimos en las comidas.
Su carencia, además, puede producir anemia, depresión y confusión entre otros síntomas, además de generar hiperactividad y un bajo nivel de glucosa en la sangre. Asimismo, los azúcares que posee esta bebida debilitan el esmalte dental y producen caries.
Creo que a estas alturas me voy convenciendo que la Coca-Cola puede perjudicarme más de lo que esperaba. Aunque me costará desengancharme, de eso estoy seguro. Quizá lo mejor opción es bajar la dosis semanal y beber más agua mineral y zumos.
Lo que no cabe duda es que es una de las bebidas más ricas y refrescantes que existen, perfecta para compañar a muchas comidas e ideal para esos bajones momentáneos que tenemos de vez en cuando.
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