Mitos
1. Beber no destruye neuronas. Beber en exceso durante muchos años da lugar a que se reduzca el tamaño del cerebro pero, por lo general, se trata de un fenómeno reversible. El vino tinto puede incluso proteger el cerebro, al reducir el riesgo de derrames cerebrales, siempre y cuando la dosis oscile entre dos vasos a la semana y hasta tres vasos al día como máximo.
2. Un golpe fuerte en la cabeza no cura la amnesia.
3. La mitad izquierda no es “racional”.
4. El estado de ánimo de ellas no es más variable que el de ellos.
5. El cerebro no es como un ordenador.
6. Los ciegos no oyen mejor.
7. Escuchar a Mozart no hace más listo a un bebé.
8. Las vacunas no causan autismo.
9. Los pliegues exteriores no guardan relación con la inteligencia.
10. Es falso que sólo empleemos el 10%. En Estados Unidos, esta aseveración apareció por primera vez en los escritos de Dale Carneige, un autor de libros de autoayuda que no era científico. Carneige citó mal un pasaje del psicólogo William James, quien en realidad había afirmado que utilizamos apenas una fracción del potencial del cerebro.
El mito del 10% es la falsa creencia sobre el cerebro más extendida, pues apela a nuestro deseo de mejorar. Algunas encuestas han descubierto que esto es lo que piensa la mayoría de las personas de Estados Unidos y de Brasil. Hoy en día los científicos saben que la totalidad del cerebro es necesaria para su funcionamiento normal, tal como demuestran las consecuencias de los derrames o daños cerebrales. Incluso el daño limitado a una parte muy pequeña del cerebro puede detectarse por los síntomas neurológicos.
VERDADES
11. La fuerza de voluntad aumenta cuando logramos algo. Es como un músculo y puede entrenarse. Después de llevar a cabo una tarea que requiera autocontrol, las personas ya no acometen una segunda tarea con el mismo grado de esfuerzo, aun cuando una y otra tareas no tengan nada que ver. Esta reserva común de fuerza de voluntad se va fortaleciendo con la práctica. En consecuencia, la disciplina acrecienta la fuerza de voluntad.
12. El ejercicio físico favorece al cerebro en la vejez. Hace que el oxígeno y la glucosa sigan fluyendo cuando la persona envejece. Practicarlo de forma regular mejora el funcionamiento del cerebro en las personas mayores, que pueden sufrir problemas de planificación y de pensamiento abstracto porque la corteza frontal se reduce con la edad.
13. Es capaz de sintonizar sonidos. Resulta complicado utilizar el teléfono móvil en un lugar ruidoso.
14. Nos permite movernos por el espacio, como un navegador.
15. Reaccionamos antes de pensar. A menudo nos damos cuenta de nuestra respuesta a un acontecimiento sólo cuando ya hemos comenzado a reaccionar. Por ejemplo, si se pide a un grupo de personas normales que reaccionen a un estímulo visual, éstas suelen indicar haber adquirido conciencia del estímulo medio segundo después de comenzar a reaccionar. De esta manera, la conciencia actúa como una especie de intérprete que proporciona información retrospectiva sobre nuestras acciones.
16. Toma atajos y se equivoca. El cerebro suele buscar rápidamente una respuesta adecuada, en lugar de emplear más tiempo para dar con la respuesta perfecta. Esto significa que toma atajos y da muchas cosas por sentadas.
Responda al siguiente problema lo más rápidamente que pueda, sin hacer las operaciones matemáticas: una raqueta y una pelota cuestan 1,10 euros. La raqueta cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota? Es posible que haya dicho 0,10 euros, pero la respuesta correcta es 0,5 euros.
17. Los testigos presenciales no son fiables.
18. No siempre interpretamos los hechos con lógica.
19. El futuro nunca se ve de modo realista.
20. Sólo consume el equivalente a dos plátanos. Todo el consumo de energía puede medirse con la misma unidad de potencia: el vatio. El cerebro sólo emplea 12 vatios, menos que la bombilla de su nevera, pero puede hacer mucho más. Cada día el cerebro utiliza la cantidad de energía que contienen dos plátanos grandes. No es mucha potencia, pero es una gran proporción del presupuesto energético de todo el cuerpo, que es de unos 70 vatios.
21. Dispone de una especie de reloj. Cuando realizamos vuelos de larga distancia hacia el este o el oeste, este reloj tarda algún tiempo en ponerse en hora. Permanecer despierto no pone en hora el reloj, pero la luz sí cambia su hora. La luz fija el reloj interno según la hora que el cerebro calcula. Por lo general, cuando es por la tarde en el lugar del destino de un viaje, la luz pone en hora el reloj cerebral de forma correcta, independientemente de que se haya viajado al este o al oeste. No obstante, no es bueno viajar demasiado.
Atravesar muchas zonas horarias más de dos veces al mes es peligroso para la salud, pues puede ocasionar daño cerebral y problemas de memoria, probablemente debido a las hormonas del estrés.
22. Cada vez que recordamos algo, borramos y rescribimos el recuerdo.
23. La tensión crónica hace perder la memoria.
24. No distingue el sabor del azúcar.
25. El picante no da calor aunque haga sudar.
26. Estornudar tras un orgasmo es un “fallo” cerebral. A muchos hombres les sucede de forma frecuente. La razón es que las ramificaciones cerebrales son una maraña intrincadísima que puede llevar a que extraños cruces de cables produzcan movimientos reflejos diferentes. Otro efecto producido por lo mismo: una de cada cuatro personas estornuda cuando mira una luz resplandeciente como, por ejemplo, el Sol.
27. Nadie puede hacerse cosquillas a sí mismo.
28. Los bebés desconectan las conexiones neuronales que no utilizan.
29. Quien sufre abusos durante la infancia es más vulnerable al estrés.
30. Sí se aprende mejor un idioma en la niñez. Los niños pequeños reconocen los sonidos de todos los idiomas pero, a partir de los 2 años de edad, sus cerebros empiezan a encontrar dificultades para diferenciar sonidos que no son habituales en su lengua materna.
31. Los adolescentes están “equipados” para comportarse bien.
32. Su envejecimiento nos hace más felices. A medida que las personas envejecen se aprecia una mejora en la superación de los pensamientos negativos y en el control de las emociones. Esto puede explicar por qué las personas mayores tienden a ser más felices que las jóvenes.
33. Los videojuegos mejoran el funcionamiento cerebral. Estudiantes de Enseñanza Superior que juegan regularmente a este tipo de juegos son capaces de registrar más objetos en un estímulo visual breve que los que no juegan. Además, los que juegan reelaboran la información más rápidamente, reconocen más objetos de un golpe y pueden cambiar de tarea con mayor facilidad.
34. No memoriza el temario del examen de una sentada. El cerebro retiene información durante más tiempo si se hacen descansos entre sucesivas tandas de estudio. Dos sesiones separadas de estudio pueden facilitar que se asimile el doble de conocimientos que una única sesión de la misma duración total.
35. Sí se renuevan las neuronas en la edad adulta.
36. Elegir no es su fuerte. Las personas tienden a sentirse más satisfechas con las decisiones que toman cuando tienen que elegir entre pocas alternativas que cuando tienen muchas opciones. Tener que hacer muchas comparaciones puede reducir la sensación de satisfacción porque lleva a lamentar no haber elegido las alternativas que hemos despreciado.
37. La depresión moderada se cura sin pastillas.
38. El amor es una droga.
39. Los orgasmos nos hacen ser más confiados.
40. Los hermanos pequeños tienen más probabilidades de ser homosexuales.
41. El cerebro de las mujeres las traiciona en matemáticas.
42. Los hombres y las mujeres se orientan el espacio de diferente manera.
43. Somos cada vez más inteligentes. Las puntuaciones medias en las pruebas de inteligencia han aumentado entre tres y ocho puntos por década en el siglo XX en muchos países industrializados. El hecho no se debe a la evolución sino a la mejora de las condiciones de vida de los niños económicamente más desfavorecidos.
44. Ciertos circuitos cerebrales se han especializado en la imitación. Tales circuitos pueden ser importantes para los sentimientos de identificación o empatía. Las llamadas «neuronas especulares» se activan cuando el animal realiza una acción como, por ejemplo, asir firmemente su comida, o cuando ve a otro animal realizar esa misma acción.
45. Ciertos daños de los derrames cerebrales pueden evitarse.
46. Los espejismos no son una leyenda.
47. Muchos “poseídos” eran ,en realidad, enfermos cerebrales. En tiempos se practicaban exorcismos a personas cuyo comportamiento resultaba extraño e inexplicable. En la actualidad se sabe que muchas de esas personas habían padecido enfermedades neurológicas como, por ejemplo, epilepsia o esquizofrenia.
48. Después de la amputación de una extremidad, los pacientes pueden sentir la presencia de una “extremidad fantasma”.
49. El dolor reside en el cerebro y puede controlarse. La actividad cerebral determina totalmente la sensación de dolor y su intensidad. Los científicos están intentando emplear imágenes del cerebro y técnicas de retroalimentación para enseñar a las personas a activar por su propia cuenta las zonas del cerebro que controlan el dolor.
En un experimento se logró que el cerebro de un experto en meditación inhibiera su respuesta al pinchazo de una aguja en la mejilla. Este método podría emplearse para que los enfermos de dolor crónico redujeran la sensación de malestar activando voluntariamente el efecto placebo.
50. La ciencia trabaja en conseguir que los paralíticos muevan sus extremidades. Los investigadores están trabajando en el diseño de prótesis de brazos para ayudar a pacientes que sufren parálisis prácticamente totales. Mediante una monitorización de la actividad del cerebro, los investigadores pueden deducir cuál es el movimiento que pretenden reproducir y utilizar esa información para guiar un brazo artificial.
1. Beber no destruye neuronas. Beber en exceso durante muchos años da lugar a que se reduzca el tamaño del cerebro pero, por lo general, se trata de un fenómeno reversible. El vino tinto puede incluso proteger el cerebro, al reducir el riesgo de derrames cerebrales, siempre y cuando la dosis oscile entre dos vasos a la semana y hasta tres vasos al día como máximo.
2. Un golpe fuerte en la cabeza no cura la amnesia.
3. La mitad izquierda no es “racional”.
4. El estado de ánimo de ellas no es más variable que el de ellos.
5. El cerebro no es como un ordenador.
6. Los ciegos no oyen mejor.
7. Escuchar a Mozart no hace más listo a un bebé.
8. Las vacunas no causan autismo.
9. Los pliegues exteriores no guardan relación con la inteligencia.
10. Es falso que sólo empleemos el 10%. En Estados Unidos, esta aseveración apareció por primera vez en los escritos de Dale Carneige, un autor de libros de autoayuda que no era científico. Carneige citó mal un pasaje del psicólogo William James, quien en realidad había afirmado que utilizamos apenas una fracción del potencial del cerebro.
El mito del 10% es la falsa creencia sobre el cerebro más extendida, pues apela a nuestro deseo de mejorar. Algunas encuestas han descubierto que esto es lo que piensa la mayoría de las personas de Estados Unidos y de Brasil. Hoy en día los científicos saben que la totalidad del cerebro es necesaria para su funcionamiento normal, tal como demuestran las consecuencias de los derrames o daños cerebrales. Incluso el daño limitado a una parte muy pequeña del cerebro puede detectarse por los síntomas neurológicos.
VERDADES
11. La fuerza de voluntad aumenta cuando logramos algo. Es como un músculo y puede entrenarse. Después de llevar a cabo una tarea que requiera autocontrol, las personas ya no acometen una segunda tarea con el mismo grado de esfuerzo, aun cuando una y otra tareas no tengan nada que ver. Esta reserva común de fuerza de voluntad se va fortaleciendo con la práctica. En consecuencia, la disciplina acrecienta la fuerza de voluntad.
12. El ejercicio físico favorece al cerebro en la vejez. Hace que el oxígeno y la glucosa sigan fluyendo cuando la persona envejece. Practicarlo de forma regular mejora el funcionamiento del cerebro en las personas mayores, que pueden sufrir problemas de planificación y de pensamiento abstracto porque la corteza frontal se reduce con la edad.
13. Es capaz de sintonizar sonidos. Resulta complicado utilizar el teléfono móvil en un lugar ruidoso.
14. Nos permite movernos por el espacio, como un navegador.
15. Reaccionamos antes de pensar. A menudo nos damos cuenta de nuestra respuesta a un acontecimiento sólo cuando ya hemos comenzado a reaccionar. Por ejemplo, si se pide a un grupo de personas normales que reaccionen a un estímulo visual, éstas suelen indicar haber adquirido conciencia del estímulo medio segundo después de comenzar a reaccionar. De esta manera, la conciencia actúa como una especie de intérprete que proporciona información retrospectiva sobre nuestras acciones.
16. Toma atajos y se equivoca. El cerebro suele buscar rápidamente una respuesta adecuada, en lugar de emplear más tiempo para dar con la respuesta perfecta. Esto significa que toma atajos y da muchas cosas por sentadas.
Responda al siguiente problema lo más rápidamente que pueda, sin hacer las operaciones matemáticas: una raqueta y una pelota cuestan 1,10 euros. La raqueta cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota? Es posible que haya dicho 0,10 euros, pero la respuesta correcta es 0,5 euros.
17. Los testigos presenciales no son fiables.
18. No siempre interpretamos los hechos con lógica.
19. El futuro nunca se ve de modo realista.
20. Sólo consume el equivalente a dos plátanos. Todo el consumo de energía puede medirse con la misma unidad de potencia: el vatio. El cerebro sólo emplea 12 vatios, menos que la bombilla de su nevera, pero puede hacer mucho más. Cada día el cerebro utiliza la cantidad de energía que contienen dos plátanos grandes. No es mucha potencia, pero es una gran proporción del presupuesto energético de todo el cuerpo, que es de unos 70 vatios.
21. Dispone de una especie de reloj. Cuando realizamos vuelos de larga distancia hacia el este o el oeste, este reloj tarda algún tiempo en ponerse en hora. Permanecer despierto no pone en hora el reloj, pero la luz sí cambia su hora. La luz fija el reloj interno según la hora que el cerebro calcula. Por lo general, cuando es por la tarde en el lugar del destino de un viaje, la luz pone en hora el reloj cerebral de forma correcta, independientemente de que se haya viajado al este o al oeste. No obstante, no es bueno viajar demasiado.
Atravesar muchas zonas horarias más de dos veces al mes es peligroso para la salud, pues puede ocasionar daño cerebral y problemas de memoria, probablemente debido a las hormonas del estrés.
22. Cada vez que recordamos algo, borramos y rescribimos el recuerdo.
23. La tensión crónica hace perder la memoria.
24. No distingue el sabor del azúcar.
25. El picante no da calor aunque haga sudar.
26. Estornudar tras un orgasmo es un “fallo” cerebral. A muchos hombres les sucede de forma frecuente. La razón es que las ramificaciones cerebrales son una maraña intrincadísima que puede llevar a que extraños cruces de cables produzcan movimientos reflejos diferentes. Otro efecto producido por lo mismo: una de cada cuatro personas estornuda cuando mira una luz resplandeciente como, por ejemplo, el Sol.
27. Nadie puede hacerse cosquillas a sí mismo.
28. Los bebés desconectan las conexiones neuronales que no utilizan.
29. Quien sufre abusos durante la infancia es más vulnerable al estrés.
30. Sí se aprende mejor un idioma en la niñez. Los niños pequeños reconocen los sonidos de todos los idiomas pero, a partir de los 2 años de edad, sus cerebros empiezan a encontrar dificultades para diferenciar sonidos que no son habituales en su lengua materna.
31. Los adolescentes están “equipados” para comportarse bien.
32. Su envejecimiento nos hace más felices. A medida que las personas envejecen se aprecia una mejora en la superación de los pensamientos negativos y en el control de las emociones. Esto puede explicar por qué las personas mayores tienden a ser más felices que las jóvenes.
33. Los videojuegos mejoran el funcionamiento cerebral. Estudiantes de Enseñanza Superior que juegan regularmente a este tipo de juegos son capaces de registrar más objetos en un estímulo visual breve que los que no juegan. Además, los que juegan reelaboran la información más rápidamente, reconocen más objetos de un golpe y pueden cambiar de tarea con mayor facilidad.
34. No memoriza el temario del examen de una sentada. El cerebro retiene información durante más tiempo si se hacen descansos entre sucesivas tandas de estudio. Dos sesiones separadas de estudio pueden facilitar que se asimile el doble de conocimientos que una única sesión de la misma duración total.
35. Sí se renuevan las neuronas en la edad adulta.
36. Elegir no es su fuerte. Las personas tienden a sentirse más satisfechas con las decisiones que toman cuando tienen que elegir entre pocas alternativas que cuando tienen muchas opciones. Tener que hacer muchas comparaciones puede reducir la sensación de satisfacción porque lleva a lamentar no haber elegido las alternativas que hemos despreciado.
37. La depresión moderada se cura sin pastillas.
38. El amor es una droga.
39. Los orgasmos nos hacen ser más confiados.
40. Los hermanos pequeños tienen más probabilidades de ser homosexuales.
41. El cerebro de las mujeres las traiciona en matemáticas.
42. Los hombres y las mujeres se orientan el espacio de diferente manera.
43. Somos cada vez más inteligentes. Las puntuaciones medias en las pruebas de inteligencia han aumentado entre tres y ocho puntos por década en el siglo XX en muchos países industrializados. El hecho no se debe a la evolución sino a la mejora de las condiciones de vida de los niños económicamente más desfavorecidos.
44. Ciertos circuitos cerebrales se han especializado en la imitación. Tales circuitos pueden ser importantes para los sentimientos de identificación o empatía. Las llamadas «neuronas especulares» se activan cuando el animal realiza una acción como, por ejemplo, asir firmemente su comida, o cuando ve a otro animal realizar esa misma acción.
45. Ciertos daños de los derrames cerebrales pueden evitarse.
46. Los espejismos no son una leyenda.
47. Muchos “poseídos” eran ,en realidad, enfermos cerebrales. En tiempos se practicaban exorcismos a personas cuyo comportamiento resultaba extraño e inexplicable. En la actualidad se sabe que muchas de esas personas habían padecido enfermedades neurológicas como, por ejemplo, epilepsia o esquizofrenia.
48. Después de la amputación de una extremidad, los pacientes pueden sentir la presencia de una “extremidad fantasma”.
49. El dolor reside en el cerebro y puede controlarse. La actividad cerebral determina totalmente la sensación de dolor y su intensidad. Los científicos están intentando emplear imágenes del cerebro y técnicas de retroalimentación para enseñar a las personas a activar por su propia cuenta las zonas del cerebro que controlan el dolor.
En un experimento se logró que el cerebro de un experto en meditación inhibiera su respuesta al pinchazo de una aguja en la mejilla. Este método podría emplearse para que los enfermos de dolor crónico redujeran la sensación de malestar activando voluntariamente el efecto placebo.
50. La ciencia trabaja en conseguir que los paralíticos muevan sus extremidades. Los investigadores están trabajando en el diseño de prótesis de brazos para ayudar a pacientes que sufren parálisis prácticamente totales. Mediante una monitorización de la actividad del cerebro, los investigadores pueden deducir cuál es el movimiento que pretenden reproducir y utilizar esa información para guiar un brazo artificial.
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