25/3/11

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...

Viernes noche.

Faltan pocos minutos para las 22h. La hora a la que pedimos a la gente que viniese.

La casa está preparada. Decoración, comida, bebida, y suena buena música. Decidimos hacer un CD con 100 canciones elegidas entre Lupín y yo. Al gordo no le preguntamos. Si por el fuese, sus 50 elegidas serían la sintonía de Movierecord. Ya nos pasó una vez.

Sonaba You Really Got me, de los Kinks.

Estabamos acabando de colocarnos los disfraces. Yo decidí disfrazarme de Si Vicious. Pelo hacía arriba y marcas de jeringas y cortes por todo el cuerpo. Llevaba una chupa de cuero y una camisa de tirantes negra abanderado. La verdad es que iba bastante logrado. El gordo había elegido disfrazarse de algo que nunca desentona en ninguna de sus comidas. Un jodido bote de mostaza.

"Jajajaja quieres que te escupa en la salchicha...jajaja"
"No, da igual..."
"Y Lupín?"
"En el lavabo..."

Dirigimos la mirada hacía el baño. La puerta se abría en ese preciso instante. Mostrándonos a aquél depravado sexual, disfrazado del candelabro de la Bella y la Bestia.

"Joder, creo que acabo de perder la virginidad,...menudo mojón he soltado..."
"Que? Os mola?"
"De qué? Cómo?...Que es eso?"

"Lumiere! El de la bella y la bestia,...el jodido amo de la película,...es una metáfora de la chispa, de lo ardiente de la pasión, del fuego que desprendo,... sólo espero que venga alguna vestida de bella para que no se me enfríe el churro..."
"Va del malo de terminaitor, no?"
"Que dices..."

En ese momento picaron a la puerta. Era Brucutoso. Venía vestido de Romano. Con una tetrabrick de don simon en la mano, y una cerveza en la otra. Muy acorde con su papel.

"Os traigo un poco de bebida,...para que después digáis?"
"Un cartón de don simon?"
"Para pillar un buen pedo no necesitás más..."

"Ohh cortezas!"
"Se te ven,...los huevos..."
"Ya,...la faldita esta me va un poco corta,...pero no creo que pase nada, luego esto está a oscuras, no?"
"Coño lumiere!"
"Por cierto,...los niños vendrán después,..que andaban liados con el ordenador,...bueno, el pequeño estaba echando sal a las esquinas, no se que rollo decía de que había que purificar,...luego ya se pasaran por aquí..."

"Quizás no es bueno que estén por aquí sueltos..."
"Si coño,...que sino tengo que vigilarlos y es un coñazo..."


Comenzó a llegar gente. A llenarse la casa. No es pequeña pese a todo, por lo que podía albergar bastantes invitados.

Llegaron aquellos amigos frikis del gordo. Los nerds con los que vió el señor de los anillos, casi sumidos en una masturbación conjunta.

Entraron amigos de Lupín. A cada cual más jodidamente extraño. Llegaron amigos y amigas mías de la universidad. Vino Sandra incluso. La sala se llenó en seguida.

Llegaron los chavales de Brucutoso. La comida y la bebida iban menguando, y la gente iba ocupando el lugar. Bailando, charlando. La verdad es que habían disfrazes de todo tipo. A cada cuál más típico, pero también algunos realmente raros.

Como una tía que venía vestida de Belen Esteban. Llevaba una nariz de latex con una fosa nasal casi a la altura del ojo, y la otra tocándole los labios. Estaba realmente logrado.

Sonaba una mierda de Pitubull, cosas de Lupín, ni idea del título.
Picaban a la puerta. Era un no parar.

"Ah,...hola?"
"Hola,..sta lépin? Nos dió ista direxión..."

"..." (Eran tres chicas. Parecían extrangeras. Sopechosamente vestidas como putas. Aunque eso hoy en día no aclara mucho)

"Lupín! Ven un momento..."
"..."
"Hombre!"
"Mis niñas,....nada, son unas fulanitas que me he traído, una sorpresita para el gordo, para que le animen la sardina,...ya sabes,...tu también te puedes pillar una si quieres eh?...para ti la negrita!"
"Pasad pasad..."


Las tres prostitutas entraron como si nada. Supongo que la gente pensó que iban disfrazadas. Se metieron, cogieron sus cutabas y un par de sndwiches. Parecían hambrientas.

La gente iba pasando por el gordo. Él les ofrecía uno de aquellos abrazos de oso. Aunque a todos los tíos les preguntaba si querían que les escupiese en la salchicha.

Estaba realmente feliz. Me alegraba verlo así.

Picaron una vez más. Yo era el encargado de la puerta.

"Hombre, Rosa..."
"Ah,...pero si vienes acompañada..."

"Vas de princesa?"
"Si, de Bella,...la de la Bella y la Bestia..."
"Puedo entrar a cagar?"
"..." (Jodida morsa, sólo viene dejarnos ese tremendo olor a mierda)
"Si,si,...estás en tu casa..."
"Ah,...estos son mis abuelos..."

"Bueno, y los del Oscar también,...ponlos por ahí, que voy a giñar..."
"Como que tus abuelos!?"

"Hola,...pasen, pasen..."
"Tu eres el marica, no?"
"Mi hija me ha hablado mucho de tí..."

"..."

Después de aqulla entrada, la misma abuela me comenzó a estirar de los rizos, mientras gritaba:

"No seas pecador! No seas pecador! Aún puedes salvarte!...Yo te ayudaré!" Romualdo, pasa pa' dentro y coge una silla..."

Era una todoterreno. Podía agarrarme del pelo, y dar órdenes a su marido. Una heroína de la vieja escuela.

Al final, conseguí soltarme.

"Señora yo no soy homoseuxal, me gustan las mujeres! Y además, no sé si este tipo de fiestas son para ustedes..."
"Que si hijo,...si yo he ido a mas guateques que tú....ademas, aquí hay mucho pecador para convertir..."
"Pues pase,...está en su casa..."

Genial. Toda la jodida família del gordo, o al menos la mitad femenina, me cosnidera homosexual. Y encima todos teniendo algo en común. Son unos jodidos tarados mentales. Al menos el abuelo parecía tranquilo. No hablaba, estaba sentado en una silal de mimbre que tenemos. Al lado de la comida. Y lo único que hacía era liarse canutos, y fumárselos. Como quien se fumaba la clase de Tutoría.

El pestizal que estaba dejando a maría era antológico. No pasaba nada.

La abuela mientras tanto, se limitaba a ir joven por joven, interesándose por si habíaa ya practicado relaciones sexuales.

Lo único bueno de todo, fue ver a Rosa vestida de Nella. Cuando Lupín la vea, se le meterán las velas apra dentro. O a lo mejor se la folla igual. Total, lo ahce de todos modos.

Una vez más el timbre.

"Hola!"
"Hola Luck,...podemos pasar?"
"Claro, y tanto..."
"..."
"Janis Joplin?"
"Si! Pensé que sería difícil de averiguar..."

"Bueno, yo lo he reconocido, pero no sé si el resto lo hará..."
"Adelante..."


Era ella Aina. Y la enferma sexual de su compañera. Tras ella y sin permitirme cerrar la puerta. Se colaba Lucía, junto a un grupo de amigas. Lupin la reconoció rápido, y vino en seguida a la puerta, para darle paso.

"Hola preciosidad...pasa, pasa..."
"Si en algún momento de la fiesta sientes, frío,...acude a mi, puedo calentarte..."
"Jajaja...Lumiere!"
"Que mono..."


("Vamos, no me jodas!") Eso pareció pensar Lupín cuando escucho aquella frase de nuevo. Les dijo que pasaran y se colaron dentro.

Estábamos todos. O eso parecía. Éramos cerca de unos 30 o unos 35. Todos metidos en la dinámica fiestera.

Bebidas, comida, buena música, o al menso un 50%, y algunos detalles sin improtancia relatados con anterioridad.

Ya era momento de que me olvidase de la puerta y me sumergiese de lleno en el ambiente de party hard.

Mientras me cargaba el cubata, un tremendo "Oooooooooohhhhhh!" al unisono, se produjo cuando Rosa abandonó el lavabo, y la tremenda ventisca de mierda nos azotó a todos.

Menos mal que Lupín estuvo rápido para cerrar la puerta. Y para reconocer que iba vestida de Bella.

La cara de frustración que puso fue para hacer camisetas. Ella le sonreía. Sabíaa que aquella elección llevaba premio. No creo que después del primer impacto, le importase mucho al bueno de Lupín.

Aina se acercó a mi lado. Junto a la mesa donde estaba la comida. A escasos ceentímetros del viejo abuelo porrero. Que seguía dando caladas, como un anciano mono que acaba de aprender a fumar.

"Un nuevo freak para el cuento?"
"Es el abuelo del gordo..."
"Creo que todos están bajo una tremenda maldición..."

"Ser idiotas?"
"Eso es,...la putada es que no tienen antídoto..."

"jajaja"

En eso que se acercó el gordo hasta nosotros. Y se paró en frente nuestro.

"Jajaja quieres que te escupa en la salchica?"
"Soy una tía Oscar, y ya me lo has dicho antes..."

"Ah es verdad jajajaja"

Y se colocó frente a su abuelo.

"Abuelo, quieres que te escupa en la salchicha? jajaja"

Pero el abuelo no se inmutaba. Tan sólo le lanzaba el humo en la cara. Mientras el reía como un pinguino agilipollado por el frio.

...

Seguía la fiesta. Habían pasado ya al menos tres horas, y el desamdre comenzaba a ser evidente.

Decidí ir a coger unas cosas a mi cuarto. Y entendí que tengo el poder de que sucedan siempre cosas cuando abro puertas.

Soy el señor de los pestillos.

Cuando abrí la de mi habitación. La imagen me ofreció a aquellos tres pardillos, amigos del gordo, follando con las tres prostitutas encima de mi colchón.

Parecían los hermanos frikis de Gemma mengual. Follaban sincronizados. Moviñendose como ratas tratando de escapar de una bañera.

Cerré la puerta de nuevo, y seguí en la fiesta.

Cuando volvía a meterme entre la gente, pude ver como Lupín le metia ficha a una tía vestida de pieza de tetris. Aunque la verdad, jamás había visto piezas de tetrias, tan parecidas a una puta.

"Uau,...muy original...de que vas?"
"De pieza de tetris..."
"Eso era! Tetris!"
"No me salía el nombre,...pensaba en Backgammon, parchís,...tetris! Eso era!"
"Joder,..y todas las piezas de tetris tienen esas tetas?"

"Das asco, cerdo..."

Y le soltó un tortazo.

"Joder,...si que es bueno el juego si,...a mi me han entrado unas ganas de meterle la ficha en el hueco..."

Brucutoso estaba inflándose a sandwichs. Si no se había zampado lo menos 10, no se había zampado ninguno. De hecho estaba quieto frente a la comida, y lo único que hacía era tragar.

Aunque sus huevos colgando causaban expectación sin que el le diese mucha importancia. La gente se agachaba sin que se diese cuenta, para sacarle fotos con el móvil a su huevada.

El tan sólo zampaba.

Uno de sus hijos iba realmente pedo. Había comenzado con el rollo de que necesitaba purificarse para que los ufos ocupasen su cuerpo. Y se había puesto hasta el culo de tequila. Jamás había visto a un niño tan pedo. Ni en el camping.

Uno de los colegas de Lupín comenzó a hablar conmigo. Desde que le vi entrar, sabía que tenía unas pintitas horribles. Era una especie de Tony Manero venido a menos, pero muy a menos. Como si Tony Manero hubiese vivido en un episodio de callejeros.

"Eh chaval,...acércate"
"..."
"Quieres un poco de nepal?"
"De qué?"
"De Nepal del bueno..."
"Ya he vendido un poquito por aquí a la peña,...a tí te lo dejo por la mitad..."
"Yo paso de drogas..."
"Esto es calidad,..me lo traen del mismísima Colombia,...de la Eixample de allí..."

"..." (Se sacó un puñado del bolsillo)

"Pero si esto son paquetillos de azúcar..."
"Paquetillos de azúcar?"
"Chaval! Esto es para dismiular,..para entrarlo por las aduanas,...esto realmente es Nepal del bueno,..venga va,.. que te invita a un tiro..."
"No sé..."
"Píllate un poquito con el dedo,... ya verás que rico..."

"..." (Cogí un poco y lo probé)

"Esto es azúcar, tío..."
"Que azúcar ni que pollas,...vale, está un poquito mezclado con azúcar, pero para que haya más peso, pa' vendérselo a los panolis,...pero es nepal del bueno..."
"Pero ahí pone: Café Juan, Badalona..."
"Trae pa 'ca, te has quedao sin mercancía..."

Lo pero de todo es que a alguno le había largado aquellos paquetes de azúcar. Sacándose pasta por ellos. Sin ir más lejos, el gordo se estaba metiendo dos enteros.

La noche avanzaba. Brucutoso había dejado la comida, y estaba más pendiente de las jovenzuelas a las que intenaba arrimar su cebolleta.

El problema es que aquella hueva colgando, hacía que se alejasen de él. Mientras las perseguía tratando de convencerlas, y repitiendo una y otra vez:

"Que más dará verlos ahora que luego,...si son los mismos!" "Esperad!"

El niño marciano se había sobado en el sofá, tras el pedo que se habia pillado al tratar de purificarse.

La prostitutas habían acabado su servicio. Y aquellos frikis tenían uns cara de felicidad, como no la habían tenido en su vida.

Yo, pro mi parte, estaba más que contento, había podido charlar un par de veces más con Aina, incluso echar unos bailes con ella.

Lástima que a Lupín no le fuesen tan bien las cosas. Después de aquél "que mono", de la entrada. No volvió a acercarse mucho más a Lucía. Salvo a invitarla a una futura exposición para visitantes desnudos, que abriría próximamente.

La fiesta estaba ya en un estado máximo.
...

Lupín me llevó a su cuarto. Me pidió ayuda.

"Chaval,...están en el rellano de fuera unos tipos con una tarta gigante que he illado, de dentro saldra una stripper para este..."
"Ahora apagamos las luces, les cantamos la maricoanda esa del cumpleaños feliz, y luego pasamos a la tarta,...la tía saldrá, y ya si se la quiere follar bien, y sino ya me encargo de utilizarla..."

"Cuantas putas se supone que has metido en casa?"
"Rosa cuenta?"
"..."
"Pues 5..."

Apagamos las luces. Comenzaron a cantar aquelal estúpida canción. El gordo estaba ilusionadísimo. Abrimos la puerta, y pasó la tarta. Cuando la canción acabó, esperamos a que la chica saliese de dentro, pero no apareció nadie. Volvimos a cantar una vez más, y seguimos el mismo ritual, pero nada.

"Pero que cojones pasa... a ver si se ha ahogado la puta o algo..."
"Me habéis traído una puta!?"
"Y me la puedo quedar?"

"Si está muerta, si..."
"..."

Lupínn detapó la parte más alta de la tarta y miró dentro. Por su reacción, o la puta estaba realmente muerta, o no había puta alguna.

"Se puede saber que cojones es esto?"

Introdujo los brazos dentro, y de allí sacó un perro igual que el de Men in Black 2.

Aquél que se aprecía al Dioni.

"Que coño hace un chucho dentro del pastel?"

Le pidió explicaciones a los dos repartidores, que en vez de pirarse se habían quedado a echarse unos cubatas.

"Usted pidió que le metiesemso una perrita,...lo tenemos aquí apuntado..."
"Tu te crees que el gordo se va a follar a esto?"
"..."
Nadie quiso una responder.

"Da igual,..no pienso pagarles!..."
"Sois el peor servicio de striptease de la historia..."

La fiesta continuó y aquellos chavales se quedaron.

No mucho más que contaros. Acabó.

Acabó con dos de los Brucutosos tajados en el sofá. Con el abuelo con su quinto canuto. Con la abuela tratando de convertir a la histérica fan, en una mujer de bien. Con Lupín en su cuarto, echándole uno a Rosita, vestido de candelabro. Y con el otro hijo de Bructuoso en busca y captura, por pillar más de 150 euros, de las chaquetas de los invitados.


Por lo demás una fiesta tranquila. Sin muchos sobresaltos.
El gordo ya tiene 23 años. Y parece que mi relación con Aina, ha cogido un buen rumbo.

El domingo tenemos comida con nuestros padres.

Veremos!

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