29/3/11

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...

Picaron a la puerta. Tenían que ser los padres de Lupín.
El mismo se encargó de ir hasta la puerta y abrir.

"Hola..."
"Hola cariño!"
"Hola happy milk! Como estás, bandarra!?"
"Pasad, pasad..."

El gordo fue hacía allí y les plantó a cada uno un abrazo de oso.
Cuando se lo dió al padre, este comenzó a apretarle las carnes de la espalda, mientras soltaba:

"Uuuhhh que cuerpete más bien hecho tienes..."

A lo que el respondió.

"Y no voy al gimnasio ni nada..."

El padre de Lupín se dirigió al comedor. Y comenzó a besar uno por uno a todos los presentes. Cuando llegó al padre del gordo, este le hizo la cobra.

A lo que sorprendido le dijo:

"Uhhh! Me parece que nos hemos topado con un murito de piedra! Ya me encargaré yo de derribarlo!"

Y le guiñó el ojo.

El padre del gordo le susurró a su mujer:

"Otro marica? Que coño es esto? Fama?"

Lupín estaba desbordado. Mi madre al borde de un ataque de pánico. La madre del gordo aparentemente calmada. Y su padre sospechando de que era el jodido Truman, pero esta vez en una versión homosexual para atraparlo.

Nos sentamos en la mesa, una vez cambiamos todo lo que el gordo habia dejado allí.
La madre propuso bendecirla antes de empezar.

"Bendecirla? A mi lo único que me gusta de la iglesia, es la parte de las hostias,y depende de donde las den jajajaja..."
"Papá por favor!..."

La comida comenzó. Parecía discurrir con aparente tranquilidad. Mi madre estaba algo más calmada. Le había dado uno de mis lexatims, que combinado con la tila, parecía sedarla.

Las miradas que la madre del gordo le lanzaba al padre de Lupín, eran prácticamente homicidas.

El resto llevábamos la comida con normalidad.
Llegamos a los segundos. Teníamos muslitos de pollo.

"Esto que mariconada es?"
"Donde habéis dejado el resto del pollo?"
"Están buenos, pruébelos..."
"No le gustan los muslos? Vaya entonces ya no le hago mi show de cabaret...jaja"
"Papá!"
"Que cojones dices marica!?"
"A mi marido tu no le provocas guarra!"
"Por favor calmaos!..."
"Que les pasa? Sólo estaba bromeando? Que humor más raro tienen tus padres, Oscar..."
"Son tímidos..."
"A mi niño no le metas en tus mariconadas! Que se que le llevas desnudando con la mirada desde el principio!"

Comenzaron a volar olivas, patatas, chorrazos de powerade.

Mi madre era la única a la que no le afectaba la escena.

Estaba con aquella cara de felicidad que le endosó un segundo Lexatim.

La de Lupín no sabía donde meterse, y su hijo menos.

El gordo comÍa como si no pasase nada. Y yo veía desde primera fila aquella batalla de productos hacendado.

Después de un buen rato. Conseguimos calmarles, y hacerles entrar en razón.

Decidimos tranquilizar la situación, sacando los postres.

"Tenemos trufas...les gustan?"
"Uuuuuuh trufas! A mi me vuelven loco! Si tienes un bote de nata, tráelo, tráelo! Que me encanta comérmela a chorretazos!"
"Padre por favor!"
"Aiiii hijo, que pesado eres,...has salido a tu madre..."
"Verguenza le tendría que dar ser así de,... degenerado, teniendo a su esposa al lado!..."
"No es mi esposa, estamos divorciados,...y a que se refiere con lo de degenerado? A que me guste la nata?"
"A usted no le gusta echarse chorretazos de nata directamente a la boca?"
"Hasta aquí podíamos llegar!" "Te voy a partir la cabeza desviao!"
"Dale fuerte, Ramón!"



Se levantó con intención de darle de hostias.

Tuvimos que meternos de por medio a separarles, si no aquello hubiese acabado como el rosario de la aurora.

Insultos, escupitazos, alguno incluso cayendo sobre nosotros.

El gordo disfrutaba con sus trufas, le daba todo igual. Y era realmente desagradable vérselas comer con mostaza.

Mi madre convertida en una yonki de la felicidad artificial. Y la madre de Lupín con un facepalm de la liga master. La pobre no aguantó más, y decidió marcharse.

Parecía que la cosa estaba más calmada. Lupín habló con su padre. Decidió quedarse. Yo traté de calmar a los progenitores del gordo. El aprovechó para zamparse las trufas de todos.

...
Nos situamos en el sofá y alrededores. El padre del gordo había traido una película de Clint Eastwood, y practicamente nos obligaba a verla.

"Que peli ha traído, Ramón?
"Por un puñado de Dólares..."
"Ah,... no la he visto, puede que esté bien..."
"Es la mejor del Clin..."
"Uhhh western, que muermazo,...yo soy más de su etapa como director,...menos caballitos, y más historias de verdad!"
"..."

El padre de Oscar no dijo nada, pero la vena de su cuello se hinchaba por momentos.

Su mujer, espoas y esclava, le apretaba la mano, mientras lanzaba miradas de odio al padre de Lupín.

La tensión se respiraba en el ambiente, menos en el ambiente de mi madre, que llevavaba un cebollón que ni el Rey en sus mejores noches.


La película seguía avanzando.

Cuando ya íbamos por la mitad. De nuevo la tensión se presentó en la sala.

"Aiii por favor que cosa más mala,...estas películas explican muchas cosas sobre el mito de los vaqueros jajaja"

Aquél cuello seguía en aumento. Ya era unsuper sayan nivel 3 en el mundo de las venas.

Veinte minutos de tranquilad, y "BOOM!" "CHOCAPIC!"

Un nuevo comentario del padre de Lupín, puso el comedor perdidito de sangre.

"La verdad es que era guapete el clint en esa época,...creo que me lo hubiese cepillado muy gustosamente jajaja...."
"..."

Aquello fue la gota que colmó el vaso.

Mi cabeza lo tenía claro "A tomar por el culo".

El padre del gordo no aguantó más.

"Puedo pasar que seas una locaza desviada,...puedo pasar que quieras beneficiarte al anormal de mi hijo,...pero lo que no puedo pasar, es que faltes el respeto al bueno de Clin!"
"Joder,...ni que hubiese dicho que le lamía las pelotas...jajaja"
"Yo te mato!""

Se levantó y fue directo hacía él.

Le cogió del cuello. La madre del gordo le daba bolsazos de mientras. El gordo se pensaba que estábamos jugando a algo, porque no dejaba de saltar y reír como una jodida foca de aquario.
Mi madre seguía sentada en la silla, sonriendo con la mirada perdida. Y Lupín y yo tratábamos de calmarlos.

"TE MATO LOCA! TE MATO!!!!"
"..."

Finalmente conseguimos sacar a los padres de Oscar de allí.
Era lo mejor. Mientras se marchaban, escuché gritar a la madre desde el rellano:

"Cariño, ten cuidado con el otro marica! El más joven!"

Cerré la puerta, y dentro nos quedamos con mi madre, el padre de Lupín, y nosotros tres.

"Creo que no les he caído mal del todo..."
"Tu que crees gordete?"
"A mi madre le has gustado mucho..."
"Que chichilla más suave tienes..." (Comentaba mientras le acariciaba la barriga)
"Es del chorizo..."
"Papá,...creo que lo mejor es que te marches..."
"Si,...me voy a ir yendo, que he quedado unos colegas para tomar unas cervezas, y no veas como les da por culo que llegue siempre tarde..."
"Ahorrate esos comentarios..."
"Adiós Luck, un placer..."
"Adiós señora!"
"Adiós gordinflas,...aiii como te comía!!"
"Adiós madre de Lupín!"

Y con aquello concluyó la comida. Se me pasó más rápida de lo que esperaba. Acompañé a mi madre a casa. Y la verdad es que Lupín se vió desbordado por los acontecimientos. Estaba hecho polvo. Se pasó el resto del día metido en su cuarto.

En fin, no estuvo tan mal.

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